Este pastel de zanahoria desprende un sabor a nuez, gracias a las almendras y a la quinoa tostada. Es una receta fácil y rápida que no sólo queda rica, sino que también te puede proporcionar nutrientes. Así que ¡manos a la obra!
Con zanahorias se hace tradicionalmente un rico bizcocho de dulzor especial y de miga compacta que ha ido evolucionando en ingredientes. Esta receta se hace con harinas de quinoa y almendras.
(Foto de portada: Photo by Tosca Olivi on Unsplash)
La quinoa aporta proteínas, aminoácidos (que ayudan en el desarrollo cerebral) y gran contenido de omega 3. Mientras que las almendras son ricas en grasas saludables, vitamina E y antioxidantes.
En tanto que la zanahoria vigoriza la mente, contiene betacarotenos (que el organismo convierte en vitamina A) y tiene propiedades anticancerígenas.
Para esta receta fácil de bizcocho de zanahoria vas a necesitar:
150 g de harina de quinoa (receta al final)
150 g de harina de almendras (o almendras molidas)
2 cucharaditas de polvo de hornear apto para celíacos (receta al final)
½ cucharadita de sal
2 cucharaditas de canela
3 huevos
60 ml de aceite de girasol
100 g de azúcar moreno
50 ml de jarabe de ágave o miel
140 g de yogurt griego
100 g de zanahoria rallada
1 cucharadita de jengibre fresco rallado
Azúcar glass
¿Cómo se prepara?
Enciende el horno a 175º C (340º F). Engrasa un molde y recúbrelo con papel de hornear.
1. Tamiza y mezcla los ingredientes secos: las harinas, la sal, la canela y el polvo de hornear.
2. En otro recipiente mezcla los huevos con el azúcar, el jarabe o miel, el jengibre rallado, el yogurt y el aceite. Agrega los ingredientes secos sobre esta mezcla y añade la zanahoria rallada. Integra todos los ingredientes.
Vierte en el molde y hornea durante 50 minutos o hasta que al introducir un palillo, brocheta o cuchillo, este sale limpio.
El polvo de hornear apto para celíacos se hace con 50 g de bicarbonato de sodio, 25 g de almidón de maíz y 50 g de cremor tártaro. Mezclar bien todo y luego guardar en un frasco bien cerrado, en un lugar seco.
Harina de quinoa: tuesta la quinoa en una sartén muy caliente. Revuelve constantemente durante 5 minutos, hasta que empiecen a “saltar” algunos granos. Licúa o procesa hasta obtener un polvo fino (no te pases en el procesamiento porque podrías crear una pasta). Tamiza. Una vez que se haya enfriado por completo, puedes guardar.