Pizza de berenjena y calabacín, para saborear y cuidarse

Este popular plato aparece de la forma como lo conocemos hoy, en algún momento del siglo diecisiete en la ciudad de Nápoles.

Aunque el tomate, proveniente de América, se sumó a la culinaria de esta ciudad italiana en la segunda mitad del siglo dieciocho, con la muy famoso salsa de San Marzano, esto con el queso mozzarella y la albahaca, dieron pauta para uno de los platillos más difundidos en el día de hoy. Sin embargo, los ancestros de la pizza son mucho más remotos en el tiempo y localizado en Egipto y Persia, donde se les daban a los soldados una especie de pan tostado con queso fundido y dátiles. Así que, en el redescubrimiento de este rico plato, ha encontrado nichos más rápido y diversos, en su elaboración y combinación en la sociedad de hoy en día; como la receta que veremos hoy, una rica versión elaborada con berenjena y calabacín.

Ingredientes:

• 1 masa de pizza
• 2 calabacín
• 1 berenjena
• 80 g queso tetilla
• 1 cdta orégano
• 1 cda aceite de oliva
• sal
• pimienta

Preparación:

• Despunta los calabacines, lávalos y sécalos. Córtalos en láminas finas, a lo largo, y escáldalos unos segundos en agua salada. Escurre las láminas, refréscalas y sécalas. Retira la corteza del queso y córtalo en láminas finas.
• Corta la berenjena en rodajas finas y ásalas, en una plancha caliente con unas gotas de aceite, 1 minuto por cada lado.
• Dispón la base de pizza en una placa forrada con papel sulfurizado. Reparte sobre la masa el queso, los calabacines y las berenjenas. Salpimienta, espolvorea con el orégano y aliña con unas gotas de aceite. Cuécela en el horno precalentado a 220º, 20 minutos. Retírala y sírvela enseguida.