La torta o tarta, una protagonista permanente en los postres y platillos dulces de la gastronomía internacional, posee múltiple variantes según la cultura culinaria que la elabore, pero hay algo seguro, a casi todos nos gusta. Veamos esta receta muy fácil y sin gluten.
Se cree que esta preparación se remonta a prácticamente el surgimiento de la harina de trigo, a la cual se le agregaron manteca (algún tipo), leudante, azúcar y frutas y por lo general envuelta en una capa dulce. Sin embargo, en el mundo de la cocina sus variantes y evolución han sido múltiples sobre la base antes mencionada y que obedece a la culinaria universal; es español comenzó con el nombre pastel cuya raíz en proviene de francés antiguo “pastel”, para definir a las preparaciones saladas con masa, pero en la medida que evolución la pastelería se extendió a la elaboración de tartas o tortas, en la más dulce de todas las industrias. Hoy haremos una receta de tarta de arándanos que te transportará a los bosques y tu infancia.

Ingredientes:
- 150 g mantequilla
- 1 cda mantequilla para untar el molde
- 100 g almendras molidas
- 180 g harina sin gluten
- 2 cda harina sin gluten
- 2 yemas de huevo
- 150 g azúcar glas
- 1 pizca canela en polvo
- 1 pizca clavos de olor molido
- 1 pizca sal
- 1 limón
- 370 g mermelada de arándanos
- 2 cda azúcar glas
Preparación:
- Corta la mantequilla en dados, disponlos en un cuenco y deja que reblandezca unos minutos a temperatura ambiente. Añade el azúcar glas, una yema de huevo, la harina tamizada, la almendra molida, la canela, el clavo, la sal, la piel de todo el limón rallada y el zumo de la mitad.
- Amasa ligeramente todos los ingredientes hasta obtener una preparación homogénea y compacta. Dale forma de bola, envuélvela con film transparente y deja reposar en la nevera durante toda la noche.
- Transcurrido ese tiempo, separa 2/3 de la masa y estírala con el rodillo entre dos papeles sulfurizados. Coloca la masa en un molde para tartas de unos 28 cm de diámetro, previamente untado con mantequilla y enharinado.
- Pincha la masa con un tenedor y reparte encima la mermelada. Extiende el resto de la masa con el rodillo, sobre la mesa de trabajo enharinada, hasta lograr una lámina de unos 3 cm de grosor. Córtala en tiras de 2-3 cm de ancho y colócalas sobre la mermelada formando una rejilla. Pincela la rejilla con la yema de huevo restante.
- Introduce la tarta en el horno, precalentado a 160°, y cuécela durante 40 minutos, hasta que esté dorada. Retírala y deja que se enfríe completamente antes de desmoldar. Sírvela espolvoreada con un poco de azúcar glas.