La chuleta es un corte que combina lo mejor de todos los mundos, tiene el gustillo de los huesos, lo magro de una carne fina y el deleite del contenido graso.
Este corte presenta las mismas características cuando se trata de corderos, de no más de once meses y unos veinticinco kilos. Sus perfumes te trasladan a lo silvestre y el sabor refinado en un mismo bocado. Si maridamos con hierbas mediterráneas, aceite de oliva y pimienta, el resultado es la frescura de todos los gustillos, de forma equilibrada. Veamos esta receta muy fácil, pero que no te confunda su sencillez con el carácter de sus sabores, usaremos algunas variantes para tener un aroma más profundo.

Ingredientes:
- 800 g de chuleta de cordero
- 1 ramita perejil
- 2 dientes de ajo
- 4 zanahorias
- 4 papas
- 100 g jamón serrano
- 1 dl vino blanco
- 100 g guisantes
- harina
- 1 cebolla
- aceite de oliva
- sal
Preparación:
- Lavar el perejil y pelar los ajos; picar los dos y mezclar. Cubrir la carne con la picada y dejar macerar 20 minutos. Raspar las zanahorias, pelar las papas y lavar ambas; cortar las primeras en rodajas. Partir en dados las papas, sazonar y freírlas 10 minutos en abundante aceite. Retirarlas y dejar escurrir.
- Calentar 2 cucharadas de aceite en una cazuela. Añadir la zanahoria y el jamón, y rehogarlos 10 minutos. Sazonar la carne y enharinarla. Dorarla 3 minutos en una sartén con 2 cucharadas de aceite; retirarla y agregarla a la cazuela. Verter 2 dl de agua y cocer 30 minutos, a fuego suave.
- Pelar la cebolla, picarla y sofreírla 5 minutos en un fondo de aceite. Agregar 1 cucharada de harina, remover y verter el vino. Cocer 5 minutos y triturar. Incorporar las papas y la salsa anterior a la cazuela, y cocer 10 minutos. Añadir los guisantes y proseguir la cocción 5 minutos. Retirar y servir.