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Tiempo 90 Minutos -
Tipo Postres -
Calorias 237 -
Dificultad Baja -
Porciones 8
Opciones de tartas hay miles, pero ninguna como esta cuyo sabor no dejará de impresionarte con cada bocado porque una verdadera tarta de manzana como esta, no la encontrarás en otro lado, lo mejor es que se hace en dos pasos.
La tarta de manzana tiene un origen incierto, pero se haba de pay de manzana en la Inglaterra de 1390, una preparación que incluía no solo manzanas, sino uvas pasas, higos, peras y azafrán. Como es obvio, esta preparación con el correr de los siglos se fue modificando y hoy es todo un ícono de la cocina norteamericana.
Hoy aprenderás a realizar una tarta de manzana con todas las de la ley, pero en dos simples pasos con los que se te hará muy sencillo replicar este divino postre que podrás acompañar, si así lo deseas, con una cola de helado de vainilla.
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1. Preparación
Crema el azúcar y la mantequilla, luego añade el huevo y vuelve a mezclar, ahora incorpora la harina, la fécula y la esencia de vainilla y mezcla bien. Haz un bollo y deja que repose en la nevera cubierto con un paño por una hora. Al transcurrir el tiempo, cubre la base y los bordes de un molde, pincha la superficie y reserva el resto de la masa.
Corta en cubos pequeños las manzanas, agrega una taza de agua y la cantidad de azúcar que prefieras (mínimo media taza). Cocina removiendo de vez en cuando hasta que las manzanas estén blandas y se haya creado una especie de mermelada con trozos de la fruta (30 minutos más o menos).
Agrega el relleno al molde anterior, cubre con el resto de la masa (extendiéndola previamente con el rodillo), pincha y hornea por 35 minutos. Sirve caliente o fría, no sin antes espolvorear un poco de azúcar impalpable por encima, y con una bola de helado como compañera.